lunes, 3 de mayo de 2010

Aborto de la naturaleza

Un agente de la Policía Metropolitana cuida la puerta de la embajada de un país de Europa del Este durante horas, sin encontrar razón alguna para esposar a nadie; razón por la cual se encuentra inconmensurablemente aburrido. Pero hete aquí que, al séptimo bostezo de la noche, un flaquito se le para enfrente y empieza a armar un porrito.

-¿Qué está haciendo, joven?

-¡Aro, aro, aro!

Aunque a usted no le guste,

mi querido camarada,

me extraña que pregunte,

¡Si no estoy haciendo nada!

-No se ve como nada. Se ve, más bien, como si estuviera liando un cigarrillo de marihuana.

-¡Nada de eso, compadre! Estoy picando una piedrita de un vegetal que huele y sabe a marihuana, pero que no… lo… es…

-Adelante, buen hombre. Desde aquí vigilaré cada paso suyo.

El flaco armó su faso y se dispuso a fumarlo delante del agente.

-¡Oiga! ¡Eso es marihuana!

-Entonces, deberá llevarme detenido.

-De acuerdo al nuevo código penal, me corresponde realizarle una contravención a tal efecto.

-¡Oh, jamás!

-Si, siempre.

Y así se quedan discutiendo durante horas. Al alba, un hombre de traje sale de la embajada y los interrumpe:

-¡Oiga, inútil! Mientras usted discutía con el joven, el país al cual represento entró en guerra civil y se dividió en múltiples mini repúblicas con nombres que terminan en enia, avia e istán. ¡No se le puede encargar nada a usted, dígame un poco!

El amanecer los encontró a los tres, totalmente dados vuelta.

A muchos kilómetros de allí.

3 comentarios:

  1. aro aro aro...¡¡estan hablando del FASSSSOOO!!
    jotace

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  2. Y es así como se disolvió la URSS y nacieron países re cualquieras (????).

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  3. República Recualquierista de Chechenia.

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